Publicado 8/03/12 en Resonancia Magazine:
El día de ayer el trend topic #kony2012 dio la vuelta al mundo. Se trata de una iniciativa innovadora destinada hacer del dominio público las atrocidades de Joseph Kony, un dirigente africano que por más de 20 años ha cometido crimenes que rozan los límites del genocidio en Uganda.
La estrategia parece simple: Viralizar a Joseph Kony con el fin de detonar una pregunta inicial ¿Quién es Kony? y ¿Por qué se le asocia con el 2012? Para responder a estas preguntas se ha dado a conocer la página www.kony2012.com en la que se puede acceder a una película online que da detalles sobre este oscuro personaje y sobre las acciones mediáticas y de propaganda que la asociación norteamericana Invisible Children llevará a cabo a partir del 6 de marzo y hasta el 31 de diciembre de 2012 con el fin de arrestar a Joseph Kony.
El problema del proyecto Kony 2012 y de la película es la escasa información que se ofrece sobre este personaje. A través de una narración en primera persona, el cineasta Jason Russell da a conocer su relación con Jacob, un niño nativo de Uganda que escapó prodigiosamente de las garras de Kony, de quien sólo conocemos que es un líder rebelde con un enorme poder en el país africano, que tiene fama de ordenar el asesinato y la mutilación de sus opositores y su costumbre de secuestrar niños y niñas con el fin de entrenar a los varones como mercenarios y convertir a las niñas en trabajadoras sexuales.
Teniendo en cuenta antecedentes como la brutalidad genocida en Darfur, no dudamos que Kony sea un personaje siniestro, sin embargo, la película fracasa rotundamente en su intención de dar a conocer al personaje. No se aportan detalles sobre las filiaciones políticas de Kony, sus vínculos con esferas de poder o algún otro dato de importancia que justifique su impunidad durante más de 20 años.
Otro punto débil del video es la subjetividad conque se aborda el tema, ya que el cineasta Jason Russell recurre a la inocencia de su hijo Gavin (un niño de poco menos de 5 años) para sensibilizar al público sobre un tema que ya de por si apela al sentido común del público. ¿Hace falta recurrir a ese sentimentalismo para justificar la intervención militar?
También es un tanto paradójico que el autor fundamente las acciones pacifistas de su iniciativa en los cargos que la Corte Criminal Internacional ha señalado en contra de Joseph Kony, pues en el mismo video los activistas solicitan la intervención militar norteamericana aun cuando Estados Unidos, junto con Sudán e Israel han decidido dejar de pertenecer a esta institución internacional.
También vale la pena destacar que en el video aparece al menos en tres ocasiones una especie de lista de “criminales más buscados” en la que aparece como número 1 Joseph Kony, pero en la que también se muestra repetidamente a Muamar Kaddafi. Un dirigente que, pese a las innegables atrocidades que cometió en su país, fue asesinado sin ser juzgado por sus crímenes bajo la supuesta complicidad norteamericana.
Aunque las intenciones de la campaña Kony 2012 a todas luces son moralmente correctas, llama la atención el ejercicio de activismo político con fines bélicos que este tipo de iniciativas sugiere, ya que en ningún momento se menciona la mediación de la ONU o la UNICEF como alternativas para el rescate de los niños afectados. Como se anuncia al principio del video de instrucción, actualmente hay 750 millones de personas suscritas a Facebook, muchas más de los habitantes totales en el planeta hace 100 años.
Es evidente que hay ahí una fuerza que puede ser influenciada con el fin de lograr cambios importantes, la pregunta es: ¿Cuantos de esos usuarios se cuestionará el planteamiento y reflexionará antes de tomar partido instintivamente en estas acciones? La respuesta esta en sus manos.
Fuente: resonanciamagazine.com
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