La marca Muji no es un caso nuevo, pero sigue siendo muy popular en Japón y continúa expandiéndose por todo el mundo. ¿Una marca que no es una marca? Parece un ejercicio de psicología inversa, pero la política de marketing de esta compañía ha conseguido lo impensable: distinguirse precisamente por la ausencia de distinción. Así, sus productos se venden sin marca ni etiqueta, y con un empaquetado mínimo: es el producto, y poco más.
Sin embargo, a pesar de ello, todo el mundo reconoce un producto Muji: los elementos de su catálogo respiran funcionalidad, simplicidad, están hechos de materias primas naturales y reciclables; muy zen todo. Y a un precio asequible.
No deja de ser un caso curioso: una empresa que apuesta por un proceso productivo sencillo, por la ausencia de una promoción agresiva, por sus costes ajustados, por reutilizar sus stocks (no se tira nada, todo se saca a la venta aunque sea de temporadas anteriores)... en definitiva, una empresa que escatima en su imagen… y acaba consiguiendo una bien sólida.
Fuente: elblogsalmon, brandchannel
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